WINETT DE ROKHA: POR UNA VANGUARDIA MARGINAL
La poeta Winétt de Rokha, seudónimo de Luisa Anabalón Sanderson, nació en Santiago en 1894 y murió en la misma ciudad en 1951, a raíz de un cáncer. Su padre fue el general de ejército Indalecio Anabalón Urzúa y su madre Luisa Sanderson Mardones, ambos provenientes de una clase social opulenta venida a menos. Winétt tuvo un hermano llamado Carlos, de profesión abogado, que llegó a ser juez en Punta Arenas y que también escribió narrativa, poesía y ensayo. La poeta pasó su infancia en Antofagasta y luego estudió en el Liceo No 3 de Santiago. Escribió en la revista Numen y también en Zig Zag, donde publica sus primeros poemas con influencia parnasiana y simbolista. Estas primeras publicaciones aparecen con el nombre de L. Anabalón Sanderson y más tarde con el seudónimo de Juana Inés de la Cruz. En 1915 llega a manos de Pablo de Rokha su primer libro Lo que me dijo el silencio, con una foto de la poeta, iniciando una correspondencia que culminará en matrimonio en 1916, pese a la oposición de los padres de ambos. Es el momento en que ambos poetas son publicados en la antología Selva Lírica, que aparecerá en el año 1917 con la poesía más viva y vital del momento. Del matrimonio nacerán 9 hijos, de los cuales sobrevivirán 7, de cuyo conjunto surgirá la leyenda del Clan De Rokha. Luisa adopta el seudónimo de Marcel Duval Montenegro para firmar artículos polémicos y el de Federico Larrañaga, para firmar su pintura. Sus obras poéticas fueron Lo que me dijo el silencio y Horas de sol, publicados en el año 1915 con el seudónimo de Juana Inés de la Cruz y sus libros posteriores firmados como Winétt de Rokha, fueron: Formas de sueño (1927), Cantoral (1925-1936), Oniromancia (1943), El valle pierde su atmósfera (1949), el compendio Suma y destino (1951) que incluye el libro inédito “Los sellos arcanos” y la Antología de 1953.Habría que agregar Winétt de Rokha. El valle pierde su atmósfera. Edición crítica de la obra poética, editada en el año 2008 por Javier Bello.
Lo que me dijo el silencio es un poemario deudor de la sensibilidad romántica-modernista, con mucha reminiscencia religiosa; en cambio Horas de sol que son poemas en prosa, es un híbrido de poemas narrativos que incluyen diálogos y algunas novedades lingüísticas dentro de un texto todavía tradicional. En sus trabajos siguientes y bajo el intercambio literario con su marido Pablo de Rokha, se inicia en la crítica social, incorpora los ambientes rurales, las descripciones simbólicas con un cierto intimismo metafórico y una especie de trascendencia metafísica. En Cantoral, la poeta se introduce al ámbito vanguardista, con innovaciones metafóricas y una voz personal. Se incluye también el compromiso social en poemas como “Carcoma y presencia del capitalismo”, “1936”, “Rosa de fuego” o “Niños de la URSS”. En otros, emerge la provincia en donde el mundo rural se hace símbolo y proyección del lugar de la infancia, siempre con un lenguaje vanguardista, como se puede ver en poemas tales como “Valse en la plaza de Yungay”, “Pueblo de abejas” o “Casa de campo en Talagante”. Una tercera línea se aproxima al surrealismo a través de un lenguaje onírico que extrae su material del inconsciente: esto ocurre por ejemplo en poemas como “Freud y luna sin ojos”, “Formas del sueño” o “Choncaita”.
Winétt de Rokha fue militante antifascista y admiradora de la Unión Soviética. En arte, adhirió al Realismo Popular Constructivo postulado por su marido. En el poemario Oniromancia su escritura se hace cada vez más original, configurando su poesía futura, al decir de Monteleone (2008). Este libro explora las profundidades del inconsciente para auscultar los sueños y desde allí dar vida a las palabras, que exploran las visiones de un Yo imaginario, que se construye en los poemas en imágenes tan delirantes como las de Gabriela Mistral. La poeta busca una trascendencia que va más allá del cuerpo real, para incrustarse en el cuerpo social por un lado y en una interioridad que interpela permanentemente al sueño como donante de una simbólica individual.
Como ya dijimos, Winétt de Rokha, muere el 7 de agosto de 1951 víctima de un cáncer. En el recuento queda su obra poética, recogida en un puñado de libros, los cuales recién empiezan a ser reconocidos en los últimos años como parte de una genealogía literaria de mujeres, cada vez más creciente. Buena parte de su obra narrativa, teatral y ensayística quedó inédita y probablemente ya o se encuentra disponible para su publicación. Su crítica social, su rebeldía frente a la realidad injusta y su especificidad estética que va madurando en distintas etapas desde sus obras tempraneras hasta las más avanzadas y complejas, hacen de ella una matriz poética que recién algunos críticos más jóvenes han empezado a redescubrir, para ponerla en el sitial que siempre debió tener en el canon poético nacional.
Naín Nómez