Réquiem Para Paulo de Jolly
Antonio Gil, otoño de la Peste, 2020
La flor de Lis el l
que antes fue una abeja
Se inclinan a tu paso en los
Pabellones de seda
Que tejió el gusano
Paulo de Jolly
Sí el mismo gusano
Abatidos estandartes
enseñas oriflamas
Bordadas de zumbidos te
preceden
Y el jardín secreto de la
Vida
Se dispone para el ceremonial secreto del
Retorno
Sobre la mesa yace el
cuerpo y no es el cuerpo
Ni la hoja de un laurel que se
tiñe
Del cielo enrojecido es la
hoja del laurel
Y un viento de tristeza
arranca en los encinos
Una nota muy honda de
agua y de madera
La Corona. Alzad sobre este
cuerpo
La Corona. La Copa. El
Cetro.
Dios canta ahora al
único que fue único
Cantar de los cantares por
los prados
Cuando nieva desde el
Cosmos el frío de los
Muertos
Se guardan los halcones
entre el ramaje de tus
piernas
Y el venado se aproxima a
pastar sobre tu pecho
Te vas Paulo de Jolly entre
inquietantes banderas
El lirio se despide, un
soplido de polen en tus labios
El Retorno el regreso
Preparan ya los enormes
bretones
En la Caballeriza que titila
En el persistente fulgor de la
fragua
se esmeran los herreros
Dando razones de
herradura
a la plata de antiguos candeleros.