Matar a un Hombre (2014)
Dirigida por Alejandro Fernández Almendras
La venganza, en términos simples, es una suerte de justicia fuera del marco de la ley, de carácter más injurioso (contra el victimario) que reparador a los daños ocasionados en la víctima. Los acontecimientos narrados en la película calzan con esta definición, en los resultados, no así en su origen. El protagonista, un padre de familia, no busca matar para saciar su ira, simplemente se trata de un ser humano que toma una decisión radical para salvar a su familia. No se trata de un ser violento, sino que las circunstancias lo llevan a cometer ese acto definitivo. Las circunstancias son la desprotección policial y las deficiencias de un sistema judicial empantanado en procesos administrativos. Nuevamente, este director chileno filma desde el margen, desde la soledad del ciudadano que se encuentra desprotegido, en este caso de los delincuentes, sujetos que ante lo irrisorio de las sanciones penales se convierten en reincidentes y aprenden a abusar de las leyes. En “Huacho” (2009) ese margen era el campo, aquí es el mundo poblacional. Un mundo donde la justicia no alcanza para todos sus habitantes. El cine de Fernández Almendras es reflexivo, toma distancia de las acciones, y deja tiempo al espectador para madurar las interrogantes. Uno abandona la sala meditando, quizás queriendo solucionar esa realidad injusta. No sobran escenas, tampoco se abusa del movimiento de cámaras. En general son planos fijos, muy significantes, y paisajes que se mueven detrás de la ventana de un bus. El personaje piensa, sabe muy bien las consecuencias, pero no tiene salida.