MARÍA LUISA BOMBAL
Crónica de la poeta Alicia Salinas A.
Siempre ha sido difícil el camino de las escritoras en nuestro país y el que recorrió María Luisa Bombal no fue diferente. A sus 23 años (1934), cuando las mujeres de la época elegían sus ajuares, ordenaban sus futuros matrimonios y se ocupaban de seguir la moda a ultranza. Esta joven, sin derecho a voto, entregaba para el deleite de la literatura universal, su primer libro “La Última Niebla” y antes de cumplir los 30 su obra principal “La amortajada”, además de otros textos breves, escritos con la misma tensión y honestidad. Si escarbamos entre la bibliografía que aparece en nuestro país referida a su trabajo literario, lo primero que salta son sus dificultades, sus desamores y sus angustias. Ni hablar de sus últimos años, para ese capítulo hay un sinfín de datos. No obstante, muy pocos se detienen o se sorprenden de la calidad literaria de su obra. De lo impactante de sus novelas que se mueven, sin artificios ni afectaciones en un mundo femenino rupturista con una voz particular, íntima y extraordinariamente profunda. Una impecable y prolija escritura, aguda y vivaz, una personalidad espontánea y sin reservas.
Esta escritora viña marina, representa una nueva concepción en la novelística latinoamericana, en su obra subyace el monólogo y el dialogo interior, una narrativa en la que el lenguaje poético transita cómodamente, su discurso siempre expresivo, directo, cuya característica primordial , es el tránsito entre realidad e irrealidad, que con soltura logra en sus importantes trabajos literarios. La crítica coincide en señalar, el carácter poético de su trabajo literario destacando ambientes de ensueños y realidades en medio de un entorno evocador.
Volver a leer a María Luisa Bombal hace bien. Reencontrarla después de tanto la hace más actual, vigente y necesaria. Una prosa valiente, plena de deseos, de tensión y secretos en la que no queda espacio para la ambigüedad.