El mundo de Posada, un cuento de Georgina Odi que tributa al gran artista
Nacida en Orizaba, Veracruz, y residente en Chile, Georgina Odi es una economista, escritora e ilustradora que ha desplegado parte importante de su quehacer a promover la cultura en sus más diversas manifestaciones. Integrante de la Sociedad de Escritores de Chile, del Taller Memoria Viva y de la Academia Chilena de Literatura Infantil y Juvenil, es además parte del Voluntariado del Museo Nacional de Bellas Artes. Precisamente a propósito de ese espacio, concibió el relato La visita, un texto que invita a la infancia a recorrer sus pasillos y obras, aportando herramientas de contexto histórico y valoración estética. Un objetivo semejante, en clave lúdica y potente pedagogía, da vida al libro-álbum La casa de la niña del aro. En palabras del embajador de México en nuestro país, Francisco Olavarría, la narradora “ha dejado aquí una huella de su formación tan amplia”.
Recientemente, Georgina Odi presentó, en las dependencias del Museo Artequin, El mundo de Posada, una obra donde certeras palabras y bellos dibujos conducen a la protagonista, Jacinta, a través del trabajo plástico del destacado ilustrador y grabador mexicano José Guadalupe Posada. Con un lenguaje ameno y una tensión narrativa eficaz, la historia lleva a la muchacha, gracias a un mágico transportador, hasta las más emblemáticas creaciones del artista, incluidas Las calaveras ciclistas, Los buenos valedores y, por supuesto, La calavera garbancera, conocida universalmente como La Catrina, nombre con el cual la bautizó Diego Rivera, quien, asimismo, la representó en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947). El libro consigue empalmar en los diálogos el pulso de Posada, convirtiendo en personajes diversas figuras icónicas surgidas de su trazo. “Toma tu tiempo en la vida, / que al final regresarás”, aconseja en verso Catrina a Jacinta, hacia el cierre de un relato que aborda reflexiones existenciales y da nuevos bríos al tópico del carpe diem.
Oriundo de Aguascalientes, José Guadalupe Posada Aguilar (1852-1913) alcanzó amplia celebridad por retratar escenas costumbristas, folclóricas, de crítica socio-política y, en particular, por ilustrar calacas o calaveras. Agudo ilustrador en diversos periódicos, desde el estallido de la Revolución Mexicana de 1910, hasta su muerte, en 1913, trabajó intensamente en la prensa dirigida a los trabajadores.
David Hevia