EL JUREL
Una rosa de sol se hundió en el mar
y naciste, jurel, chango costero
quiltro mestizo, perro majadero
rebuscador intruso y popular.
Una astilla de sol te hizo gozar
de nuestro mar nortino, mensajero
de ola y playa, indio triste viajero
vagabundo que se tragó el azar.
Y una astilla de luna sumergida
jugueteó con tu piel anochecida
y ya nadie supo si eres sólo luna.
Si eras ancla o flecha, amanecer
o arrebol, ave arrepentida
o una simple luz:
jurel del acontecer.
Mario Bahamonde