Efraín Barquero y su vínculo con San Antonio
Por Juan Pablo Leppe
De un tiempo a esta parte, lo que se conocía como “Litoral Central”, también pasó a ser llamado “Litoral de los Poetas”, slogan asociado a una ruta turística y a un territorio cultural al que vinculamos casi automáticamente con grandes nombres de la poesía chilena que desarrollaron parte de sus vidas, obras y proyectos entre las comunas de Algarrobo y Santo Domingo, en la Región de Valparaíso.
Escuchamos el concepto y recordamos, especialmente, a Pablo Neruda en Isla Negra, a Vicente Huidobro en Cartagena, a Nicanor Parra en Las Cruces y, por qué no, a Jonás en El Tabo. Sin embargo, incurrimos en una omisión importante al olvidar a Efraín Barquero (pseudónimo de Sergio Efraín Barahona Jofré), poeta que ganó el Premio Nacional de Literatura en 2008 y que por años vivió con su familia en el sector de Lo Gallardo, comuna de San Antonio, solo con “algunas ausencias”, como la provocada por su conocido y fructífero viaje a China.
San Antonio y Barquero
Inés del Río de Balmaceda, “Momo”, una mujer con una propiedad en la zona y amante de la poesía, a finales de los años 50 le facilita una cabaña a la familia Barquero en el “pueblo de los brujos”. Lo que da inicio al lugar de residencia de Efraín en la ruralidad de San Antonio, y como el mismo poeta cuenta en su libro autobiográfico (Arte de Vida, 1971), tanto habitó el lugar que lo sintió “(…) adentro como un anillo que siempre se está cerrando y que nunca se cierra para darme aún la posibilidad de un nuevo poema”.
En San Antonio leyó y compuso versos “(…) frente a una inmensa pradera. A su vez, trabaja en el río Maipo, por donde pasan los pescadores con sus redes y los lugareños con sus botes cargados de leña”, al punto que en el libro citado llega a afirmar: “aquí adquirimos cierto método de trabajo y cierta responsabilidad”.
Barquero: poesía y paisaje
Recordemos que la poesía de Barquero es una poesía estrechamente ligada a la tierra, a lo primordial, y a los modos de vida campesinos, por lo tanto se puede asumir que el lugar donde vivió con su mujer y vio crecer a sus hijos, y donde compartió tanto con lugareños como con sus visitas (Sergio Ortega, Enrique Castro, Eduardo Molina, Jorge Teillier, Jorge Román, Rolando Cárdenas, Santos Chávez y Alone, entre otros) influyó decisivamente en su trabajo literario.
Por todo lo anterior, llama poderosamente la atención que hoy nada y casi nadie lo recuerde en la comuna. Ingrato destino que bien podría torcerse, al menos bautizando con su nombre una calle o una avenida, una plaza, una escuela, una biblioteca, un centro cultural o un festival de poesía; gestos que podrían facilitar en alguna medida que asociemos a Barquero y su obra poética con el llamado “Litoral de los Poetas”.