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Fallece miembro de la Academia Chilena de la Lengua Carlos René Ibacache

 PALABRAS DE DESPEDIDA

Una infausta noticia ha conmovido a la familia literaria: Hoy lunes 1 de junio hemos perdido a Carlos René Ibacache. La Filial Ñuble de la Sociedad de Escritores de Chile está de duelo y con ella lo estamos todos los escritores de la SECH. En momentos en que compartíamos nuestra semanal reunión de presidentes de filiales con nuestro Directorio Nacional, recibimos la dolorosa información, que nos hizo compartir el recuerdo y las bondades humanas que adornaron la vida y la obra de un hombre íntegro, trabajador, fraterno, solidario, que en sus 96 años dejó la huella fecunda del afecto por la cultura, el conocimiento y la gestión generosa que ejerció desde su juventud, como profesor, escritor, cronista incansable y un ser de probada paz. Carlos René Ibacache nació en Valparaíso el 4 de septiembre de 1924 y se avecindó en la zona de Ñuble a temprana edad, proyectando su existencia en la docencia primaria y luego en la enseñanza superior como profesor de Literatura Española en diferentes centros universitarios. Su estancia de varios años en la ciudad de Valdivia y su incorporación a la vida literaria y periodística, le significaron recibir allí el Premio Municipal de Arte, galardón que más tarde también le fuera concedido en la ciudad de Chillán, donde residió desde la década de los años 70 hasta su muerte. Editor de órganos literarios como la Revista Cauce Literario, presidente de agrupaciones culturales, autor de varios volúmenes de crónicas, memorias y ensayos, y su afanosa relación con la lengua castellana, entre otros méritos, le valieron su incorporación como miembro correspondiente por Chillán de la Academia Chilena de la Lengua y ser reconocido en infinitas oportunidades por distintas instituciones regionales y nacionales. Fue socio de la SECH durante muchos años y en Ñuble participó en la fundación de su Filial regional ocupando el cargo de vicepresidente desde el comienzo. La partida de Carlos Ibacache significa una irremediable pérdida, no sólo para la literatura y su difusión, sino también para la cultura humana y social de una comunidad que reconoció en él a uno de los mayores contribuyentes de la educación y la urbanidad más fina, distinguiéndose como un hombre cordial, correcto, amable y dispuesto a dar la mano a quien necesitara de su apoyo. Lamentamos que su partida haya ocurrido en momentos complejos, impidiéndosenos por ello despedirlo masiva y solemnemente como hubiésemos querido, puesto que su figura no pasó inadvertida entre los integrantes de la comunidad local de todo signo, y seguramente en otras circunstancias su despedida hubiese sido multitudinaria. Desde la Casa del Escritor y en nombre de todos los escritores chilenos, decimos adiós a este hombre irrepetible y esencial que tanto estimamos y recordaremos.

Luis Antonio Contreras Jara, presidente Filial Ñuble.

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