Lanzamiento de la «Antología literaria Alerce 2019» y entrevista a su director editorial
A fines de enero de 2020 tuvo lugar la presentación del volumen que recopila el trabajo creativo de 31 autores —todos asistentes a los talleres que se imparten en la Casa del Escritor, la sede de la SECH—, en una actividad que revitalizó a uno de los sellos editoriales más importantes de nuestro país, tras un silencio de casi dos décadas: a la histórica Ediciones Alerce, creada en el año 1958. La emblemática institución, asimismo, planea volver a conceder el prestigioso galardón del mismo nombre, que entregó bajo la modalidad de concurso hasta fines del siglo pasado.
Por Comunicaciones SECH
Durante el último sábado (25) de este mes de enero que finaliza, se realizó la presentación de la Antología literaria Alerce 2019 en la Casa del Escritor, sede de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech).
Conformada exclusivamente por muestras de autores que asistieron durante el año 2019 a los talleres literarios de la Casa del Escritor, la Antología literaria Alerce 2019 busca por una parte, revitalizar al histórico sello Ediciones Alerce, creado en el año 1958 fruto de la colaboración que la Sech mantuvo con la Universidad de Chile durante la segunda parte del siglo XX (la que culminó con la impresión en los talleres de la Editorial Universitaria de los libros editados por el Concurso Alerce en el año 2000), como también, la: «publicación de narradores, cronistas y poetas en su mayoría inéditos que exhibiesen una indudable calidad y destreza creativa», según consignó el editor de la antología, Francisco Morales Rojas.
La ceremonia, que estuvo dirigida por el escritor Jorge Calvo Rojas, contó con la presencia del presidente del gremio escritural, Roberto Rivera Vicencio, además de los miembros de la Comisión de Talleres de la institución, los escritores Francisco Morales Rojas y Miguel de Loyola.
Hacia el final del acto tuvieron lugar intervenciones de cuatro de los 31 autores antologados, las que se iniciaron con la lectura de fragmentos de la novela Miserias de conventillo, de Fulvia Jorquera (Santiago, 1992), a la que siguió la muestra poética de Edith Contador (Angol, 1955). Seguidamente, el también poeta José Luis Reveco (Quirihue, 1975) leyó una nota en representación del taller de poesía «Botella al mar», dirigido por Omar López. Por último, la periodista María Arancibia (Valparaíso, 1980) leyó fragmentos de su crónica Love: ¿quién cresta dijo que era fácil?
En la Antología literaria Alerce 2019 fueron seleccionados diecisiete autores de narrativa (Victoria Aguilera, Felipe Araya, Williams Arévalo, Santiago Chávez, Paulina Correa, Gastón García, Leonel Huerta, Fulvia Jorquera, Ana Lea-Plaza, Ian Montgomery, Musa Moreno, Marcelo Padilla, Jaime Pérez, Marcela Royo, Erwin Topp, Alberto Torres y Carol Wuay), cuatro de crónica(Pedro Domancic, Paula Jiménez, Simón Muñoz y María Arancibia) y diez de poesía (Edith Contador, Sabina Cortés, Carmen Grangier, Ruby Periale, Corina Prado, Patricio Rebolledo, Daniel Reinberg, José Luis Reveco, Miriam Sendoya y Melania Tello).
En total, fueron nueve talleres literarios de la Casa del Escritor los que tuvieron representación en la Antología literaria Alerce 2019, los que son:
1. «Botella al mar» (poesía), dirigido por Omar López.
2. «Cinco cuentistas hispanoamericanos» (narrativa), dirigido por Eliana Albala.
3. Colectivo Arca Literaria, representado por Melania Tello.
4. «Curso de escritura creativa 2019» (narrativa), dirigido por Yuri Pérez.
5. «El Charlestón» (narrativa), dirigido por Jorge Calvo.
6. «Gredazul» (poesía), que fuera dirigido hasta el año pasado por Carlos Mellado.
7. «Iniciación a la crónica en nuestra América» (crónica), dirigido por Ignacio Vidaurrázaga.
8. «Literatura pintada» (narrativa y poesía), dirigido por Cecilia Almarza.
9. «Memoria Viva – Sergio Bueno Venegas» (narrativa y poesía), dirigido por Malú Ortega.
Al finalizar el concurrido lanzamiento, el artífice de la instancia, el joven novelista y abogado Francisco Morales Rojas, concedió una entrevista con el propósito de obtener mayores luces en relación al significado cultural e institucional que tuvo impulsar la urgente publicación editorial, surgida a partir del trabajo creativo de los novísimos talleristas, en el contexto del estallido social que remece al país:
—¿Cuál es el propósito de que la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) relance al histórico sello de Ediciones Alerce?
—Los propósitos que tuvo la Sech con la edición de la Antología literaria Alerce 2019 —y el consecuente resurgimiento tras décadas de ostracismo del sello Ediciones Alerce— son fundamentalmente dos: en primer lugar, esta muestra de 31 autores, en la mayoría de las ocasiones, se encargó de publicar a narradores, cronistas y poetas inéditos que exhibiesen una indudable calidad y destreza creativa. Se conocen o se intuyen por cualquiera las múltiples dificultades que enfrenta un escritor en la publicación de su primer trabajo, por lo que la ventura para este grupo heterogéneo es mayor cuando lo hacen representando a un sitio tan simbólico como lo es la sede de nuestro gremio, la Casa del Escritor, y nada menos que bajo las premisas de una célebre e histórica editorial. En segundo término, esta antología, junto con otras iniciativas emanadas de la actual administración encabezada por el presidente Roberto Rivera Vicencio, buscan afianzar a nuestro gremio como un actor cultural de primer orden, habida cuenta de que proyectos con los afanes y pretensiones de esta selección son escasos y de muy diversas repercusiones.
—A raíz del estallido social, ¿qué temáticas estéticas o literarias relacionadas con el mismo se pueden apreciar en las obras de los autores antologados?
—La invitación a formar parte de la antología, cursada a todos los asistentes a talleres que tuvieran lugar en la Casa del Escritor, fue realizada en el mes de julio del año pasado, aún distante al mes de octubre, por lo que el trabajo de gestación y desarrollo de los textos no fue coetáneo mayormente al ambiente social y político que ha marcado la agenda desde fines de 2019. De todas formas, resulta interesante el constatar cómo ciertos tópicos y discursos de algunas muestras —propios más bien de la nueva normalidad post 18-O— se encontraban ya en estado embrionario a veces, asentado en otras. Y de qué otra forma podría haber sido, si todo lo que hemos experimentado como país en los últimos meses es el resultado de un enorme cúmulo de factores que nos anteceden como individuos, algunos de data centenaria, como los privilegios formales y no de ciertas élites, o la perpetua búsqueda de modelos definitivos de desarrollo económico y de organización política, tan propia de nuestra región.
—El renacer del sello Ediciones Alerce, ¿implica un revivir como actor cultural participativo e importante en el debate intelectual del país, más todavía en esta hora presente, de la Sociedad de Escritores de Chile? Pensando en el futuro, ¿se advierte con este decidido paso, una actualización en la entrega del prestigioso premio Alerce, por parte del gremio (otorgado entre 1958 y 2000), en un tiempo cercano?
—Sin duda. Más que un renacer, advierto una consolidación de una política iniciada por la actual administración de la Sech, como ya señalé. Y es que en el pasado año no solo trabajamos en antologías y publicaciones, como es de suponerse: mantenemos una importante presencia dirigiendo talleres literarios en diversas instancias, tales como universidades, colegios o instituciones públicas, además por supuesto de los que tienen lugar en la Casa del Escritor, que tiene una oferta de más de 20 talleres de idiomas, artes plásticas, narrativa, crónica, poesía y guion audiovisual. Tenemos presencia y colaboración activa con todas las mesas de la Política Nacional de la Lectura y el Libro 2015-2020 (PNLL), y en lo que respecta a Roberto Rivera y a mí, que asistimos a su Comisión de Creación, esperamos colaborar todo cuanto podamos en la creación y publicación de un manual de escritura creativa, el que estará dirigido a bibliotecas y público general que desee emprender un conocimiento mayor del oficio literario desde su faz productora, que es la que compete a los escritores. Coordinamos además, muchos de los certámenes literarios más significativos de nuestro país, como el Concurso Literario Teresa Hamel, o el Concurso Literario Escolar Albatros. Sobre el Premio Alerce, que se confería para diversos géneros literarios, efectivamente: buscamos la fórmula para reinstaurarlo y convertirlo en un referente ineludible a nivel nacional, tal como lo fue en la segunda parte del siglo XX.