Escribir Hoy, Los Compromisos Con La Palabra Y La Vida En Sociedad
Por Isabel Gómez, Presidenta de la SECH
A través de la literatura, los seres humanos han podido gozar de las representaciones culturales del mundo. La relación de las humanidades con la creación literaria nos permite desarrollar un conocimiento lleno de simbologías e imaginarios de nuestra existencia. La palabra transita y se mueve en espacios donde los sujetos van armando un tejido social capaz de interpretar nuestras emociones; es así como la experiencia humana solo adquiere sentido a través de los sistemas simbólicos de la cultura, como también, a través de las diversas formas de interpretación.
El texto literario es un cuerpo capaz de internalizar las formas del lenguaje, sus implicancias, sus entramados; de esta manera extiende y diversifica sus habilidades perceptivas para entender y comprender la realidad.
La literatura propiamente tal, debe ser un elemento constitutivo para la generación de cambios profundos en la sociedad. Esto significa superar la idea de que la literatura es un ejercicio puro, desvinculado de su entorno social, ajeno a lo que les sucede a los seres humanos. Por el contrario, la literatura nos permite “con crecere”: crecer junto con otro, alimentar el espíritu reflexivo y crítico, de tal forma que al generar lazos comunicantes con el público lector, se genere un desarrollo de la conciencia crítica, de la identidad social y los valores colectivos.
La Sociedad de Escritoras y Escritores de Chile, desde sus orígenes ha estado fuertemente vinculada a la vida cultural de nuestro país; su historia está ligada a las luchas por hacer de nuestro territorio un espacio con mayor y mejor justicia, libertad y desarrollo espiritual. Desde su año de fundación, 1931, abrió y generó espacios de participación ciudadana, desarrollando puentes comunicantes entre el hacer literario, reflexivo y de profunda raigambre con la tradición cultural y literaria de nuestro país. En el año 1937, la SECH organizó el Primer Congreso de Escritores de Chile, entre los participantes se encontraban Manuel Rojas, Pepita Turina, Francisco Coloane, entre otros(as). En esa instancia los participantes firmaron una declaración donde se comprometían a abogar por que “se termine con todo género de explotación física y espiritual de la criatura humana aspirando a una sociedad sin clases, donde todos tengan acceso a la cultura y a los bienes materiales” (López, Óscar. EN los 60 años de la Sech. Simpson 7, 1er Semestre, 1992, pág. 47).
Construir un discurso literario nos debe exigir estar compenetrados de la realidad nacional e internacional, incidir en los cambios que vayan en la dirección de hacer más digna la vida de los seres humanos. Por ello es imperativo continuar generando acciones culturales que cruzan un sin número de actividades que día a día hacen de la casa del escritor un lugar de aprendizaje, formación académica y la tan necesaria socialización con quienes comienzan a abrirse un espacio en las letras.
Este año la SECH cumple 93 años de existencia; queremos brindar tributo a aquellas voces que tuvieron un papel relevante en nuestra historia. Saludamos a las y los escritores que a través de su mirada visionaria fueron capaces de reunir a las y los escritores bajo el firme propósito de contribuir en las tan anheladas transformaciones sociales.
Brindamos tributo a aquellas voces fundadoras de este pensamiento humanista: Especialmente a Marta Brunet, Mariano Latorre, Domingo Melfi, Ernesto Montenegro, Manuel Rojas, Jenaro Prieto, Joaquín Edwards Bello, Antonio Acevedo Hernández, Daniel de la Vega, Benjamín Subercaseaux, entre otros. Con ellos y por ellos, continuaremos trabajando por la profesionalización y el reconocimiento de la labor de las y los escritores de nuestro país.