Sonia Caicheo
Fernando Arabuena
Chiloé parece ser un mundo de conexiones diferentes desde el punto que se le mire: ya sea la Isla el reflejo de ideas extraídas mediante una conexión suprasensible en una mirada idealista; o una construcción de esa proximidad sensible y material que le permitió levantarse fabulosa desde sus propios conceptos, desde el materialismo filosófico de Gustavo Bueno.
A fin de cuentas, desde la profundidad de su propia provincia, es una tierra fértil para las actuales voces poéticas como la de Sonia Caicheo, que desde un espacio textual múltiple y su cultura híbrida nos entrega una poesía llena de intertextualidad según la investigadora Yenny Ariz Castillo, con textos poéticos que incorporan elementos propios de la lengua oral, como cantos populares y rezos en la concepción panteísta de la isla; toda una recreación de la oralidad a la que Mauricio Ostria llama “oralidad ficticia”.
Y es esa vida sencilla y cotidiana de cantos populares que interiorizan símbolos cristianos desde la poética mapuche, donde aparece esa Isla atemporal; mirada desde la autenticidad intercultural de una poeta intimista; reveladora de aquellos mundos que convergen en su tierra, así como en todas las tierras del mundo.
Las lluvias y la fuerte vinculación a la tierra en la poesía de Sonia Caicheo nos habla de esa “imaginación material” de Gastón Bachelard, según Yenny Ariz Castillo, lo que establece en el reino de la imaginación una ley de los cuatro elementos, trasladando la potencia onírica a la solidez poética que en este caso vemos en los versos de Sonia Caicheo.
Profesora de origen mapuche huilliche, nacida en Nercón, Castro, en 1943, Sonia Caicheo es vinculada al movimiento de poesía contemporánea y proyecto etnocultural Aumén, de Chiloé: escuela de poesía contemporánea fundada en esa ciudad en abril de 1975 por los poetas Carlos Trujillo y Renato Cárdenas, y que funcionó hasta 1989. Precisamente en una entrevista que Trujillo le hiciera en marzo de 1993 para el diario El Llanquihue, Caicheo abordó algunas de sus influencias: “Aunque he buscado y encontrado un lenguaje o forma que me identifica, no puedo obviar las puertas que me abrieron las obras de Tagore, la Mistral, Neruda, Delia Domínguez y otros que reafirmaron mi búsqueda de naturalidad, fluidez, belleza y honduras necesarias; de Huidobro, por ejemplo, el toque justo para visualizar la poesía como arte vivo; de Arteche, el hallazgo de los seres y las cosas “como recién nacidos a la luz”.
Ha sido premiada en el Concurso Nacional de Cuento para Profesores con Posdata (1981); Premio del Servicio Nacional de la Mujer Elena Caffarena (Chile, 2009); Premio Chiloé de Extensión Cultural (2011); y el Reconocimiento Artista Destacada Región de Los Lagos, Área Literatura, por el Consejo de la Cultura y las Artes (2011). Recibió la Beca para Escritores del Consejo Nacional del Libro para el libro Las Mariposas de Antonia el año 2001; y aportes del Programa Difusión Creatividad Artística Región de Los Lagos del Departamento de Cultura y Universidades, por el libro Peque-Reyes el año 2005.
Entre sus obras están: Horas lluvia (Chile, 1977); Post data (Chile, 1981); Recortando sombras (Chile, 1984); Rabeles en el viento (Chile, 1993); Salve dolorosa (Chile, 1999); Las mariposas de Antonia (Chile, 2001); Peque-Reyes (Chile, 2005); Puerto Cauquil, Cuentos mar y bordemares (Chile, 2009); Albricias, setenta adivinanzas del archipiélago (Chile, 2012), en coautoría con M. Zabaleta; Ventana al día, lecturas escogidas (Chile, 2012); Decires a contraluz (Chile, 2015). Sus poemas han sido incluidos en las antologías Abrazo austral: poesía del sur de Argentina y Chile (Buenos Aires, 2000); Intercambio de Palabra (Chile, 2000); Aumén, Antología Poética (Valdivia, Chile, 2001); La memoria iluminada: poesía mapuche contemporánea (España, 2007); Miradores, poesía en luz y color (Chile, 2009) Mamihlapinatapai, Poesía de Mujeres Mapuche, Selknam y Yámana (Argentina, 2010); Kümedungun/Kümewirin; antología poética de mujeres mapuche. siglos XX-XXI (Chile, 2011); Antología de la poesía chilena. La generación de los 60, o de la dolorosa diáspora (Chile, 2012); 100 Años de literatura en Chiloé (Chile, 2014), y en Los Lagos, imaginario sur (Chile, 2016).
De su amplia y reconocida obra compartimos a continuación dos de sus poemas:
MUJER ISLA
La que corre la lluvia con sandalias
Porque no tiene fiesta ni botas de invierno.
La que lee su muerte en un diagnóstico
Y recién se acuerda de la vida
La yerma que observa una vitrina
Y solloza porque la navidad es ajena
La que mató su único sueño
Para resucitar con él al tercer día
La que siendo madre no leyó la Biblia
La que saltó de su soledad a los aleros
Convencida que los pájaros sabían dar la mano
La Cenicienta que extravió un zapato
Y no tuvo príncipe interesado en rescatarlo
La que antes de morir pide al Pascuero
Porque nunca le hicieron un regalo
La que releyendo estos versos
Piensa en el color de sus cabellos
Si Dios escuchara unos minutos
¿Por cuál de ellas rogaríais?
O como diría un profesor
MALOS SUEÑOS
Porque ese día
Escrito estaba
Te embarcarías a toda vela
Destino a las Guaitecas
En la frente
Bandadas de gaviotas
Giraron sin destino
El mismo viento
Dio vueltas inútiles
Qué diremos ahora, de ese día
Pañuelo blanco
Danzando tres compases
Y los ojos con duelo
Qué diremos
Tu corazón se destapó
En la primera embestida
Mariposas con frío
Saltaron de sus aguas
Sin guirnalda de sueños
Qué diremos
Y estos cuervos
Tironeando las horas.