NOCTURNO IRREPARABLE
Nadie dirá que has muerto al mediodía
como se aleja un pájaro agorero.
Llevarás una cinta en el sombrero,
una sombra que nadie conocía.
Se acallará la loca algarabía
y hasta una greda rubia de alfarero.
Y tu cansado corazón, Ferrero,
se irá secando al terminar el día.
Tendrás la mano triste y aterida,
quizás te salgan vuelos de la herida
con un ruido lejano y polvoriento.
Más alguien beberá en tu despedida.
Y todo será igual, la vida misma,
te lamerá la piel el mismo viento.
Mario Ferrero.